domingo, 7 de noviembre de 2010

Mimando el paladar

Cualquier tipo de celebración es una ocasión ideal para explorar las delicias gastronómicas de aquella cocina que aún no hemos testeado, aquel restaurante que siempre nos llama la atención cuando pasamos por delante...

Para una noche muy especial, optamos por la cocina árabe - griega del restaurante barceloní Sukur. Ambiente íntimo, cortinas de gasa que separan las mesas, luz cálida de velas, cojines, espejos en las paredes. Sólo con poner un pie dentro nos impregnamos de una calidez que no nos abandonaría en toda la noche.


Ante la pregunta ¿Qué desean para beber? no dudamos: Una botella de Retsina, marca Malamatina. Nos había llamado la atención al mirar la carta, qué mejor que acompañar comida griega con éste delicioso vino blanco seco típico de las tabernas autóctonas...No pudimos resistirnos.


En medio de la calidez del ambiente y la sensación de euforia flotante que nos produjo la primera copa de vino degustamos una exclente mezcla de cremas y quesos grecoárabes, la Pikilia: (el bien conocido hummus, una exquisita crema hecha a base de yogur, queso feta acompañado por rollitos de arroz evueltos en una hoja aromatizada con menta...). 

Después siguieron los segundos: Exhoicó de Cordero para él, y Moussaka para ella. El primer plato se compone de cordero troceado envuelto en hojaldre, con especias y verduras, y el segundo se trata de una especie de lasagna versión griega rellena de patata, berenjena y pollo troceado, rodeada del ingrediente revelación de la noche: el hojaldre; y todo gratinado con bechamel. 

Con tanta explosión de sabor, no quedó hueco para el postre...

¡Noche exquisita!

Fotografías:  
Primera: Ambiente del Restaurante Sukur 
    
Segunda: Botella de 1/2 litro de Rentsina Malamatina. 




BESO SALADO