¡Hola a todos! Vuelvo a la escena bloggera con mucha energía, y nuevas ideas. Y me gustaría abrir esta nueva etapa con una entrada sobre una de las cosas que me ha abierto un universo que se ha convertido en un auténtico imán para mí: el Reiki.
Desde que llegó a mis oídos, la curiosidad dejó de picarme. Y de una forma especial, no como otras veces con otras, así que decidí que tenía que probarlo. Ahora lo tenemos fácil, proliferan las ofertas para disfrutar de maravillosas sesiones de Reiki a un precio de risa porque las terapias orientales están de moda. Al final, sucumbí a sus encantos y puedo decir que estoy más que encantada. El Reiki Se trata de una disciplina milenaria japonesa (en japonés, reiki significa "poder espiritual" o "energía universal") que ayuda a equilibrar la energía de cuerpo y mente. Todo, absolutamente todo (y esto lo he aprendido en las dos sesiones que he podido disfrutar hasta el momento) lo que ocure en nuestro cuerpo, desde dolores y molestias hasta preocupaciones y miedos más profundos vienen determinados por un déficit energértico en la zona corporal que los controla.
La energía del cuerpo de todo se humano se distribuye a lo largo de todo el cuerpo en siete puntos, llamados Chakras (empezando de cabeza a los pies): La corona (encima de la cabeza), el tercer ojo (zona de la frente), la garganta, el corazón, el plexo solar (zona del ombligo), el sacro y la zona genital. Si en algún punto no tenemos la energía baja o está bloqueada, sufriremos las afecciones derivadas (por ejemplo, si somos personas inseguras o faltas de confianza, muy probablemente tendremos la energía del plexo solar débil).
Foto: Los Chakras, por Omnos
Mediante técnicas de imposición de manos, el terapista Reiki llena el vacío energético y el propio cuerpo humano se encarga de redistribuir esta energía para equilibrar los chakras. Así, los puntos más débiles absorberán más energía, y viceversa. Después de una sesión de Reiki, cada persona puede experimentar sensaciones y estados diferentes. Algunas personas sienten un subidón de energía que les lleva a no poder parar de hacer cosas, otros se relajan tanto que acaban cayendo en un profundo sueño, otros sufren mareos...
Los efectos
Cuado el Reiki llegó a mi vida, me encontraba en un momento en el que yo misma notaba que me faltaba energía, motivación, ganas de hacer cosas. La rutina laboral, la falta de tiempo y otras circunstancias nos convierten a menudo en autómatas. Y yo dije basta ya. Y puedo contar en primera persona qué ha cambiado en mi vida después de dos sesiones de Reiki (me queda una tercera, y quizá más).
Por un lado, justo después de salir de la primera sesión, experimenté un fuerte mareo que me duró varias horas y que, sinceramente, en principio atribuí a una bajada de tensión ya que suele ocurrirme a menudo. Sin embargo, algo me decía en mi interior que esta vez no se trataba de eso, y después de investigar a través de nuestro querido Google, pude comprobar que los mareos son habituales después de un fuerte desbloqueo de energía. Y efectivamente, esto encajaba con cómo yo me sentía desde hacía unos meses.
Al día siguiente un nuevo mundo se abrió para mí. Sentí cómo si me hubieran recargado, literalmente, y afronté ese día con más ganas y mejor humor. No es que de repente se borraran de mi mente todas las preocupaciones o frustraciones anteriors, sino que empecé a verlas de otra manera. Después de un largo día de trabajo, me puse a cocinar. Puede parecer una tontería, pero soy (o era) de las personas que intentan pasar el mínimo tiempo a los fogones y me puse a cocinar mis primeras berenjenas rellenas. Y tengo que decir que de repente empecé a sentir unas ganas locas de volver a postear y contar mi experiencia.
Los siguientes días han sido más o menos parecidos y aunque el camino es largo hacia el equilibrio espiritual (esto no es una terapia milagrosa) creo que estoy aprendiendo a mirar el mundo de otra manera. No sé que pasará después, pero tras el resultado de la segunda sesión ya me doy más que satisfecha, y es que puedo presumir de ser una de esas personas que tienen muy buena energía que atrae a otras personas como si de un campo magnético se tratara. Toda una revelación positiva, si la sumamos además que debido a esto yo sería un perfecto canal Reiki. Esto quiere decir que podría ayudar a otras personas a sentirse bien y equilibrar su energía. ¿Quién sabe? Sobre el futuro, no hay nada escrito...
Y vosotros, ¿habéis probado el Reiki o alguna otra terapia natual?
Beso salado
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